A veces escribir
es un gesto instintivo
como taparse los ojos ante el abismo
o el de buscar quien sabe qué verdad
en los bolsillos.
Y escribiendo descubrimos
que septiembre son diez letras
llenas de flores y mariposas,
y que se pueden conservar intactos
los matices del ocaso y de tu mirada azul.
Escribimos para no perdernos
en la fugacidad del paisaje
encontrándonos más allá de los reflejos,
para tender puentes que acortan distancias
incluso hacia nosotros mismos.
Escribimos porque a veces
también es bueno recordar naufragios
rescatando tu calor del olvido
y venciendo las sombras que hace rato
rondan las ventanas.
A veces escribir
es el gesto instintivo
que nos renace
y nos abraza.
sábado, septiembre 13, 2008
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